Esta idea, unida a mi gusto por trabajar con las manos, por cuidar los detalles buscando el equilibrio, siempre con mimo y destreza para lograr un resultado armonioso, fueron los ingredientes que se mezclaron para dar lugar a mi vocación.
Pero las vocaciones hay que trabajarlas, y duro, para hacer de ellas tu profesión. Así que a lo largo de todos estos años me he formado en prótesis fija, morfología dental y oclusión. Asisto a cursos, simposios y conferencias para conocer las últimas técnicas y materiales. He aprendido de grandes profesionales como Aníbal Alonso, Juan Manuel Mendizabal, Fernando Zozaya, Luke Hasegawa, August Bruguera, Mitsutaka Fukushima o Alejandra Sequeira.
Esta dedicación ha transformado mi vocación en una profesión, convirtiéndome en una persona afortunada que desde hace más de 15 años trabaja en lo que más le gusta: en la personalización de prótesis fijas y en clínicas dentales con laboratorio propio. O lo que es lo mismo, ayudando a que nuestra sonrisa vuelva a ser nuestra.